lunes, 9 de septiembre de 2024

ESCUCHA ACTIVA

"La habilidad para escuchar activamente es esencial en cualquier interacción social significativa. Implica prestar atención completa a lo que la otra persona está diciendo, hacer preguntas pertinentes y mostrar interés genuino en su perspectiva. La escucha activa fomenta la comprensión mutua y fortalece las conexiones interpersonales". (Sanz, 2021)

 

Es importante poner en marcha estos mecanismos para que la escucha sea activa:

  • Usar  un lenguaje positivo: donde el respeto y la calma sean principios fundamentales. Que el lenguaje sea positivo no solo permite un ambiente seguro y acogedor en el aula, sino también una mejor interacción con otras personas.
  • Cuidar el tono empleado: somos un ejemplo a seguir así que nosotros debemos estar tranquilos y seguros, pues ayuda a reducir el estrés y la ansiedad de nuestro alumnado, reflejando confianza y autoridad. A la respuesta usual "es mi tono de voz" debemos contestar "pues debes bajarlo".
  • Trabajar en la comunicación no verbal: la gestualidad positiva y agradable, el contacto visual continuo o la postura corporal receptiva son aspectos importantes a cuidar. Estos elementos complementan y refuerzan el mensaje que estamos transmitiendo y, además, muestran al interlocutor que se le está prestando atención. Los profesores deben enseñar a sus estudiantes la importancia de la comunicación no verbal y cómo se puede emplear para favorecer la interacción con los demás y la comprensión.
  • Prestar atención al mensaje global: Es fundamental inculcar a los alumnos que la atención hacía el mensaje debe ser de principio a fin, de modo que puedan comprender la totalidad de las ideas y argumentos expresados por el interlocutor y así poder confeccionar una respuesta más concreta y certera.
  • Entrenar la precipitación: La precipitación es uno de los grandes obstáculos de la escucha activa, bien porque creemos conocer el contenido del mensaje de antemano o porque dedicamos el tiempo de escucha a nuestra propia contestación. Es conveniente trabajar con el alumno el respeto a los tiempos, la espera y la importancia de la respuesta una vez finalizada la emisión del mensaje del interlocutor.
  • La demostración de la atención: A veces no solo basta con escuchar. También es importante demostrar a la persona que habla que la estás escuchando para así reforzar su confianza en el mensaje. El docente debe enseñar a sus alumnos herramientas para hacerlo como el lenguaje gestual, el asentimiento, la repetición o el resumen de ideas.
  • La importancia de hacer preguntas y responder adecuadamente: Es necesario que el docente sepa transmitir el valor de preguntar como medio de mostrar una escucha activa positiva, así como también el educador debe responder correcta y respetuosamente a las preguntas de sus alumnos, evitando tomar posiciones altivas, amenazantes, etc.
  • Mostrar empatía: Hay que enseñar a los alumnos el significado de la empatía y la trascendencia de esta en la exposición de argumentos del otro. Más cuando el mensaje lleve implícitos demostraciones de sentimientos, principios o valores. Solo trabajando en la empatía se logrará comprender los contenidos de manera íntegra y óptima, identificando emociones.